El señor Iván Krisman era uno de mis colegas en La Hermana Menor y posiblemente uno de los mejores bajistas que conozco. En una época de semi pausa de La Hermana, él armó su proyecto paralelo, tocando el bajo con un montón de distorsión, acompañado de un tecladista y un baterista. Este disco se podría definir cómo una búsqueda total, no tanto en el sonido sino también en la parte de la propuesta vocal y lírica. 

Recuerdo grabar el disco en lo de la casa del baterista en un living, junto con Juan Branaa. Probamos muchos sonidos de bajo con muchos pedales, y enchufados a dos amplificadores diferentes en simultáneo. Grabamos todos los MIDIs del teclado, y luego los manipulé de mil formas, separando bajos y acordes en distintas pistas, poniendo diferentes sonidos y texturas, etc.

Las baterías quedaron excelentes, en parte gracias a Fabricio Luraschi que era y seguirá siendo un brillante baterista.

Canción preferida: Moëbius