Para la producción de este disco yo ya me había mudado a Buenos Aires, y la banda estaba sufriendo un poco de la dificultad para coordinar fechas considerando que yo vivía en otro país. Lo que resolvimos fue que yo dejara de tocar el bajo, y que entre Lucía Riera (de Maniquíes) a tocar el bajo, y que yo participara como una segunda guitarra opcional. De esta forma, yo era ‘reemplazable’ y la banda podría tocar sin ningún problema sin mi. En simultáneo, este disco fue todo grabado y producido por Fabrizio Rossi (actual superstar de la producción indie charrúa), por lo cual mi rol fue casi estrictamente de músico. Toqué el bajo en todos los temas, grabé algunos sintetizadores y algunas guitarras extras. En alguna sesión en Montevideo fui un día a depurar un poco ‘La Telefonista’, que fue un tema que costó mucho encontrarle el sonido. También tuve el honor de grabar a Rosario Bléfari en Buenos Aires, que aportó voces para “Mapas”, uno de los temas más lindos del disco.

Es un disco raro, quizás el más raro y dispar de todos los discos de Carmen, pero al mismo tiempo el más maduro y conceptual. Es muy nocturno, opaco y con olor a cigarrillo, y se puede interpretar como un canto del cisne de lo que fue de mis bandas favoritas de Uruguay. 

Canción preferida: Eructo de Semen